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  • caspase inhibitor En el caso de la literatura afrocubana que

    2019-04-29

    En el caso de la literatura afrocubana, que es el material que compete caspase inhibitor este artículo, y particularmente a la obra de Eliseo Altunaga, adopta especificidades en función de la propia singularidad sociopolítica de la Isla, pero, al mismo tiempo, se suma al guión transnacional que enfatiza una identidad afro-referenciada a partir de presupuestos básicos que historizan el pasado en términos de victimización, resistencia y contribuciones del “negro” en la construcción de la nación. Si bien hay escritores que durante los últimos años del siglo xx y principios del xxi se han preocupado por la problemática etno-racial o por incursionar en el mundo sociocultural de los afrocubanos, ha sido Altunaga el único en componer un corpus narrativo asentado en dichos tópicos y que, además, resulta abarcador de todos los periodos históricos cubanos hasta el presente. De allí que la revisión histórica de las obras del escritor cubano Eliseo Altunaga (Camagüey, 1941-), también guionista de cine y profesor en la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de Los Baños, no se ubique sólo en el pasado lejano de la Colonia o la República, sino incluso en el más cercano de las primeras décadas revolucionarias y en el Periodo Especial en Tiempos de Paz. Su primer libro de cuentos Todos mezclados (1984), y caspase inhibitor su primera novela Canto de gemido (1988), ambos publicados por la editorial Letras Cubanas, son los intentos iniciales por ubicar al “negro” como referente de la identidad cubana y caribeña, alejándose de la idea de un simple aporte —del “negro”— a una identidad ya conformada unilateralmente por la presencia europea. El trabajo narrativo de Altunaga, que se completa con las novelas A medianoche llegan los muertos (1998), En la prisión de los sueños (2002) y Las negras brujas no vuelan (2005), constituye una extensión de sus artículos breves “La imagen que se evade” (1999) y “El otro componente” (1996). Ambas esferas, la ficcional y la ensayística son la plataforma desde la cual el autor abre el juego a las discusiones que circulan en su momento de producción, el Periodo Especial, en cuanto a la redefinición de la cubanidad y al espacio que se le otorga al “negro” en esa construcción. Para Altunaga, desde que se instaló la economía de Plantación se fue configurando una imagen de la sociedad cubana en la que el criollo de origen hispánico fue ideando constantemente medios simbólicos para desprenderse de sus posibles hibridaciones. El instrumento de consolidación social que mayor efecto tuvo por su perdurabilidad, según el escritor, fue la representación de la sociedad cubana desde las imágenes pictóricas que crearon un seudo-referente y lo dividieron en negros (vinculados a Linkage disequilibrium África) y blancos (asociados a Europa). Esta construcción se va a asumir como verdad y así irá transitando por la literatura, dice Altunaga, con imágenes bucólicas del pasado esclavista. El efecto es la continuidad del racismo, la desigualdad, la intolerancia, consecuencias lógicas de aquella imagen jerárquica. No se puede perder de vista que el vuelco fundamental que han dado las expresiones identitarias alrededor del tópico del lugar del “negro” en la sociedad ha dado como resultado que la racialización ya no se erige con una connotación negativa sino que se asume como identidad, con la preocupación por hacer de la “raza” un signo, esto es, con capacidad para significar positivamente en virtud de una idea de comunidad, asentada en una contextualización histórica ligada a un pasado común. Así, en la medida en que el instrumento a través del cual se reescribe la Historia es la racialización de prácticas y sujetos, tiene sentido considerar de qué manera la literatura se constituye en torno a la cuestión racial, en tanto esto condiciona el modo de representación. Es a partir de esta perspectiva y de la lectura de En la prisión de los sueños, que este artículo buscará responder a las siguientes preguntas: ¿Cómo se textualiza la negritud “desde abajo”? ¿Qué tintes políticos abona esa racialización de prácticas y sujetos producida por aquellos mismos que asumen su identidad a partir de este proceso de reivindicación? ¿Cuál es la estética con la cual Altunaga ficcionaliza ese terreno en el cual se configuran luchas por los significados, por el dominio de la memoria y de proyectos políticos, culturales, sociales e identitarios? Si “la intertextualidad es en gran medida el producto de la mirada que la […] construye”, encuentro que lo que hace significativo a En la prisión de los sueños es la red de relaciones que establece con la tradición literaria y filosófica, a las que Altunaga subvierte o traduce libremente al lenguaje narrativo (estructura, personajes, discurso) en pos de su particular e innovadora —para la tradición literaria afrocubana— construcción de sentido. De allí que el presente trabajo se focalice en analizar el trabajo intertextual y la adaptación de la dialéctica del amo y el esclavo que realiza el escritor, como una lectura posible que me permita hallar las respuestas a los interrogantes expuestos más arriba.